A medida que la tecnología avanza, podemos ver cómo abarca cada uno de los aspectos de la vida diaria.
Hace algunos días, pudimos ver como la Inteligencia Artificial hacía estragos y generaba preocupación a ilustradores, diseñadores y creativos del mundo del arte. Y ahora, el mundo de los creativos, copywriters y hasta literarios sienten la amenaza de la Inteligencia Artificial.
Así es, algunas herramientas manejadas por Inteligencia Artificial, son capaces de escribir libros, guiones, copys y un sinfín de contenido solo con facilitar algunas palabras clave.
Ahora, surge la gran duda dentro del mundo creativo ¿A quién pertenece la propiedad intelectual?
Una batalla que apenas comienza…
Con la fuerte presencia de la Inteligencia Artificial muchos se preguntan qué pasará a futuro, y cuáles serán los puestos de trabajo que quizás desaparecerán. A pesar de esto, hablar en este momento de propiedad intelectual aún resulta complicado.
Si bien, el mundo de las marcas busca registrar sus proyectos para prevenir el uso indebido de la misma, también puede ver un beneficio en el uso de las herramientas que brinda la Inteligencia Artificial. Es aquí donde entra en juego la moral y la ética en el mundo del marketing y la publicidad.
Sin embargo, para que la Inteligencia Artificial ‘haga su magia’, necesita intervención humana. Ya sea para alimentar el desarrollo de la aplicación o con palabras o frases clave para que pueda generar el contenido. Es por ello que, algo 100% automatizado aún no es del todo posible.
¿Quién tiene la razón?
No lo sabemos, lo que sí sabemos es que esto aún comienza y todavía hay un camino largo por recorrer.
También apalancarse en las buenas prácticas de su usabilidad también es permitido para hacer volar la musa y buscar creatividad.
Y tú, ¿Has practicado con herramientas de Inteligencia Artificial?